Consecuencias del Rally Dakar 2012 sobre los Geoglifos de Paracas

El pasado sábado 14 de Enero el mundialmente conocido Rally Dakar en su versión del 2012, se desarrolló en la etapa comprendida entre las ciudades de Nasca y Pisco (ambas provincias del departamento de Ica), lo cual por esos días causó gran expectativa en el Perú, ya que era la primera vez que se desarrollaba en este país.

Que se lleve a cabo una competencia internacional de este tipo por los parajes desérticos del Perú no tendría nada de malo, de no ser por una razón muy importante; que son los vestigios arqueológicos que existen en estas zonas, lo cual debe tener prioridad por otros tipos de intereses a los cuales prestan mayor atención las autoridades, ya sean turísticos, deportivos, económicos, etc. Es por ello, que antes que se desarrolle la competencia, un servidor ya había hecho el llamado de atención (véase blog y youtube) ante el peligro que suponía el Rally Dakar para el patrimonio cultural e histórico.

Ante la indiferencia e incompetencia de las autoridades culturales de la región Ica y nacional, se llevó a cabo la competencia en cuya ruta existía un tramo que conllevaba a mucho peligro para los poco conocidos “Geoglifos de Paracas”, los cuales se encuentran justamente en medio del desierto iqueño y por donde los vehículos debían de pasar de oeste a este para llegar a la meta de la etapa que era Pozo Santo.

Unos días después de realizarse la competencia, un servidor hace una evaluación “in situ” del estado de los geoglifos, encontrando que la ruta principal del Rally había pasado a menos de 500 metros del lugar, pero además de ello, por ser una competencia que le da libertad a los participantes de ir por “ruta abierta”, encuentro también decenas de otras huellas incluso a ¡menos de 10 metros de los geoglifos!

Muy aparte de los competidores, está la amenaza de los vehículos de los espectadores y aficionados que ingresan indiscriminadamente al desierto atraídos por la competencia, lo cual también ha dejado huella en el desierto en todo el perímetro de la zona de los geoglifos, además de restos de envases de los productos utilizados para los motorizados y desechos en general, lo que también es un atentado ecológico para la zona.

Si se realizó un estudio previo, tal como aseguraron los responsables de la Dirección de Arqueología del Ministerio de Cultura, ¿Cómo es posible que un servidor haya encontrado estas consecuencias?, ¿Cómo es posible que huellas descomunales de vehículos estén a menos de 10 metros de los geoglifos? ¿Qué clase de estudio técnico realizó la Dirección Nacional de Arqueología? ¿Qué previsiones se tomaron para salvaguardar el legado histórico? Por lo visto, ninguna…

Resulta indignante ver como personas que son designadas para realizar un cargo público para lo que supuestamente es su pasión y/o vocación (en este caso la arqueología) no hayan hecho respetar a los Geoglifos por sobre otro tipo de intereses (monetarios quizás), y hayan permitido el exponerlos al peligro injustificado del Dakar, ya que está competencia bien podría realizarse por otro lugar, como por ejemplo siguiendo el litoral peruano.

Gracias a DIOS, esta vez por muy poco las figuras se salvaron de ser dañadas e incluso borradas por completo, sin olvidar también los restos de construcciones enterrados que hay muy cerca, los cuales también estuvieron expuestos al peligro. Pero quizá este enigmático lugar no corra la misma suerte el próximo año, de desarrollarse el Rally Dakar por la misma ruta.

Esperemos que las autoridades antes de hacer algarabía por los 400 millones de dólares de ingresos y el querer que el Perú sea punto de partida de la competencia en el 2013, se preocupen por corregir los errores que se han producido este año con respecto a la sobre exposición de los sitios arqueológicos de la costa peruana, sin olvidar tampoco los lugares potenciales del desierto donde habrían “tesoros históricos” aun no descubiertos.

Este post sólo pretende dar a conocer lo que las autoridades no nos informan y hacer un llamado para que la población conozca cómo se agrede a la cultura y patrimonio nacional que es parte de nuestra identidad nacional y merece se le dé mayor atención por encima de los intereses económicos.