La tumba, un hoyo concéntrico de 150 metros cuadrados y unos 8 metros de profundidad, se hallaron las decenas de cuerpos decapitados, cráneos como ofrendas, además de restos de perros y llamas.

Según los arqueólogos, los sacrificios habrían sido realizados para rendirle culto a un finado miembro de la familia dignataria de la cultura Sicán (VIII – XIV d.c.). Esta civilización rendía culto al “Señor de Sicán”, quien representaba en la tierra al poder celestial, al que describían físicamente con máscara de ojos alados y orejas en punta.
El lugar exacto del hallazgo es la Huaca Las Ventanas, donde en el año 1936 se descubre el famoso “Tumi”.
Fuente foto: Museo Nacional de Sicán
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